Las ciudades se benefician de las tecnologías de bajo coste (sensores y aplicaciones móviles)

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Tecnologías como las aplicaciones móviles o los sensores están ayudando a las ciudades a hacer frente a los problemas de crecimiento. Muchas ciudades de todo el mundo ya están inmersas en un mar de experimentos tecnológicos.

Sensores y aplicaciones móviles para las ciudades

Gracias a la información que se recaba de tecnologías tales como aplicaciones móviles o sensores (en bancos de parques o semáforos), los urbanistas pueden analizar el funcionamiento de las ciudades y descubrir así cómo se puede mejorar para conseguir una mejor calidad de vida. Dirigentes y expertos en tecnología aseguran que sería imposible afrontar de forma sostenible los retos del crecimiento urbano sin ayuda de las tecnologías inteligentes (Smart Tecnology).

El 44% por ciento de los humanos vive en núcleos urbanos y el aumento de población que se prevé en los próximos treinta años tendrá lugar en las ciudades, incluso en poblaciones muy pobres. Las ciudades tienen un gran impacto sobre el medioambiente; consumen dos tercios de la energía del planeta (66%) y emiten grandes cantidades de gases que contribuyen al efecto invernadero. Algunas de las causas que lo provocan son:

  • densidad de población
  • infraestructuras desgastadas
  • tuberías con fugas
  • niveles extremadamente altos de contaminación

Sin embargo, un aspecto positivo es que las ciudades contribuyen en su mayor parte a la producción económica mundial. El 30% de la economía mundial y de la innovación se concentra en tan sólo 100 ciudades.

Por tanto,  la gran pregunta que cabe hacerse es: ¿Puede la tecnología al mismo tiempo que ayuda a controlar el rápido crecimiento de la población, fomentar el rol de las ciudades como motor económico?

Grandes empresas tecnológicas dan respuestas a los grandes problemas de las ciudades

Vender respuestas a esta pregunta se ha convertido en un gran negocio. Empresas como IBM, Cisco, Hitachi o Siemens ponen como ejemplo ciudades que gracias a sus tecnologías han podido abordar problemas como el aparcamiento, el tráfico, el transporte, el clima, el uso de la energía, la gestión del agua o los servicios policiales. Ya hay ciudades que han gastado mil millones al año en este tipo de sistemas y se espera invertir hasta doce mil millones o incluso más en los próximos diez años.

Para justificar dichos gastos, los expertos en tecnología urbanística deberán dar solución a problemas urbanísticos serios. Algunas de las ciudades que se mueven en esta dirección ya están usando la tecnología con vistas a facilitar el aparcamiento, gestionar el tráfico de manera inteligente, ahorrar agua, reducir los índices de violencia o mejorar los sistemas meteorológicos. 

Enlace Fuente: smart-cities.euroresidentes